250 años de su nacimiento
1774 – 25 de noviembre – 2024

El pasado mes de noviembre, en Italia, en las ciudades de Genazzano y Trento el P. General de la Orden de San Agustín inauguraba un año conmemorativo del 250 aniversario del nacimiento del beato Esteban Bellesini, agustino, educador, pastor, padre de los pobres y consuelo de los afligidos.

El beato Esteban nace en Trento (Italia), que entonces formaba parte del imperio austro-húngaro, el 25 de noviembre de 1774, en el seno de una familia acomodada. A los diecisiete años viste el hábito agustiniano en el convento de S. Marcos de su ciudad natal. Poco después hace el noviciado en Bolonia, de donde es trasladado a Roma y de nuevo a Bolonia para el estudio de la filosofía y de la teología. Emitió sus votos religiosos en la Orden Agustiniana el 31 de mayo de 1794. Obligado por las tropas napoleónicas a abandonar los Estados Pontificios, regresa a su ciudad de origen, en la que es ordenado sacerdote en 1797, viviendo en el convento de S. Marcos hasta su supresión en 1809.

Vivió tiempos difíciles. Suprimidas por el gobierno las casas religiosas en su región, vuelve a Trento, donde se dedicó intensamente a la actividad docente para cuidar de la formación cultural y cristiana de la juventud, en un ambiente adverso a la religión, abriendo en la propia casa una escuela gratuita. Conquistó en breve tiempo la estima y la confianza de la población, e incluso de la misma autoridad civil, que lo nombró inspector general de las escuelas de todo el territorio de Trento. Si al inicio sus alumnos no llegaban al centenar, fueron miles los que de alguna manera llegaron a depender de su trabajo y su capacidad de gestión en el campo de la educación.

Sin embargo, el beato Esteban deseaba mantenerse fiel su profesión religiosa. Ante la imposibilidad de realizar este deseo en Trento, ya que el gobierno no permitía volver a abrir el convento, en 1817 se refugió en Bolonia, bajo dominio pontificio, donde ya se había restablecido la vida comunitaria. A las autoridades civiles de Trento, que le conminaron a volver para continuar en su puesto, respondió claramente que el vínculo que le unía a Dios por los votos religiosos era mucho más fuerte que cualquier otro.

Llamado a Roma por el P. General de la Orden, fue nombrado maestro de novicios y párroco del santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Genazzano, donde dedicó los últimos años de su vida al ministerio parroquial, preocupado siempre por la educación de niños y jóvenes, el cuidado de pobres y enfermos y caminando al lado de sus fieles con verdadero y transparente celo apostólico.

Intensa fue su devoción a la Virgen María, Madre del Buen Consejo, que marcó su profunda vida de oración, extendiendo su culto, y el ejercicio de la caridad con sus hermanos de comunidad y con los fieles que atendía.

En el año 1839 una epidemia de tifus asoló la población de Genazzano, el beato Esteban visita, asiste y conforta a los enfermos y moribundos, con paternal solicitud. Mártir de la caridad, falleció, contagiado de tifus, el 2 de febrero de 1840. Su cuerpo reposa en el Santuario de Genazzano.

Fue beatificado el 27 de diciembre de 1904 por el Papa san Pío X. Su fiesta se celebra el 3 de febrero.

ORACIÓN:

Oh Dios, que en el beato Esteban, nos has dado un admirable ejemplo de apóstol enteramente consagrado a la educación de la juventud y a propagar el amor filial a la Virgen María; haz que, imitando su celo, nos dediquemos de todo corazón al servicio de su Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.