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La imagen del Sagrado Corazón de Jesús recibe culto en su propio altar dentro de la capilla de San Nicolás de Tolentino o “Siete Capillas”. Se describe una de las apariciones del Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque, con estas grandes tallas de madera policromada, obra del escultor mallorquín Gillem Galmés.

La devoción al Corazón de Jesús entra en esta iglesia a finales del siglo XIX, a lo largo del cual se extendió por todo el orbe católico, vinculada al culto eucarístico. La extraordinaria obra eucarística del siervo de Dios D. Miguel Maura, sacerdote de la diócesis de Mallorca, tuvo en este espacio mucho que ver con la evolución del culto a Jesucristo en la Eucaristía y a esta concreta devoción del amor manifestado en su Corazón. La llegada de los agustinos desde El Escorial y la fundación de la nueva Provincia religiosa que surgió desde el movimiento escurialense dentro de la Orden de San Agustín, puesta bajo el patrocinio del Sagrado Corazón, explican el desarrollo del culto que adquirió rasgo de extraordinario en esta iglesia.

Poco después de la llegada de los agustinos (1890) a Palma, en la restauración del siglo XIX, se funda la Archicofradía de la Guardia de Honor al Sagrado Corazón de Jesús, en 1898. El centro del culto era la adoración al Corazón eucarístico de Cristo. La solemne celebración anual del culto eucarístico de las XL Horas era el acto central y multitudinario de los hermanos, que llegaron a ser 2.800. Hay que tener en cuenta que en esta capilla, y hasta la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, se tenía la reserva ordinaria del Santísimo Sacramento, con lo cual era centro de culto, atención y visitas.

Actualmente se celebra un Triduo de preparación a la solemnidad del Sagrado Corazón, fiesta móvil en el calendario litúrgico con exposición mayor del Santísimo Sacramento y misa vespertina. El día del Sagrado Corazón de Jesús se celebran dos eucaristías. Una en la mañana, concelebrada por la comunidad agustiniana, y la misa solemne de la tarde.