El retablo de la santa abogada de imposibles es de estilo barroco con diversas alusiones a la vida de la misma. Es obra de Mateo Juan Vaquer, que la realizó entre 1715 y 1723. El centro de la predela lo ocupa una cartela con una pintura que representa un ángel en lecho de flores y un corazón transverberado. Sobre ella descansa una cabeza de ángel y a los lados la cartela se ramifica simétricamente en adornos florales.

A ambos lados del retablo sendos escudos de la Orden Agustiniana, enmarcados en óvalos, suplen hoy a dos angelotes de madera tallada, del siglo XVIII, uno de los cuales fue robado en esta iglesia en junio 2009. La otra figura se conserva expuesto en la sacristía.

El nicho que alberga la imagen de la Santa, centro de atención del retablo, se hizo en 1758, decorado con cabezas de angelitos entre nubes. Anteriormente se supone que presidía un lienzo de la santa, como en casi todos los otros retablos de Siete Capillas. Al mismo tiempo se construyó el camarín, al cual se accede por doble escalera lateral.

La talla policromada de la santa la presenta erguida, con rostro radiante, mientras contempla el crucifijo que lleva en su mano izquierda, de cuya corona, cuenta la historia, se desprendió una espina para clavarse en su frente, quedando estigmatizada. Viste el hábito de agustina ceñido con la característica correa de la Orden Agustiniana. Se sabe que es una obra del 1758, fecha del nicho hecho para ella, pero no se conoce el autor, aunque recientes investigaciones (2010) la atribuyen a Andreu Carbonell (c. 1690-1764), de la familia Carbonell de eminentes escultores mallorquines, activos entre los siglos XVII y XVIII en Mallorca. Por su estilo puede relacionársela con las del retablo de la capilla mayor, con las cuales guarda bastante semejanza y es fácil observar cierta comunión de líneas, según se desprende de diversas investigaciones en el tiempo.

Otro motivo artístico referente a Santa Rita que se guarda en el conjunto de esta capilla es una pintura mural en la bóveda de arista del camarín que representa a la santa glorificada. Es obra de Pedro Barceló Oliver, antiguo alumno del colegio de Palma y director de la Escuela de Bellas Artes de Mallorca, en torno a 1950.

En torno a esta capilla Mallorca cuenta con uno de los centros de religiosidad popular más visitados. La devoción a la santa abogada de imposibles, modelo de vida cristiana en los cuatro estados de vida (como virgen, casada, viuda y religiosa), viene ya de muy antiguo. En la primera mitad del siglo XVIII recibió extraordinario impulso, gracias al P. Julián Ginard, agustino de este convento. Agradecido por la curación de una grave enfermedad por intercesión de la misma santa, promovió la celebración de su novena y fiesta con un éxito singular, que ha seguido sin interrupción hasta hoy.

El más claro testimonio de este culto en la capilla de Santa Rita, es ver su altar adornado de flores y visitado por los fieles, casi ininterrumpidamente, y durante la novena, y en especial el día de su fiesta, contemplar la afluencia ininterrumpida de miles de personas devotas desde primeras horas de la mañana hasta la noche.