Así se conoce esta capilla, en cuyo camarín central se representa a la Virgen María, impresionante imagen barroca de madera tallada y policromada, obra de Andrés Carbonell, del siglo XVIII, coronada por la Santísima Trinidad. En este retablo, tipo rosario, aparte de los pequeños lienzos sobre los misterios marianos, se contienen dos pinturas de santos agustinos, San Liberato, San Bonifacio y compañeros mártires africanos, a la derecha, y el Beato Gonzalo de Lagos, a la izquierda; ambas obras del pintor mallorquín del siglo XIX, Salvador Torres. Este retablo se hizo a principios del siglo XVIII, por iniciativa y a expensas de P. Martín Font Perelló, miembro de la comunidad del Socorro. Tanto la imagen de la Virgen, de espectacular belleza, como el conjunto del retablo, fueron restaurados integralmente en 2017 por el equipo del taller palmesano de restauración Es Taller, bajo la dirección de Montserrat Dezcallar Sitjar. A ambos lados de la capilla, en sus consolas respectivas, reciben culto las advocaciones de la Mare de Déu de Lluc, patrona de Mallorca, y la Virgen del Carmen,representadas en imágenes modernas.