Diez mártires agustinos, profesores del colegio de Palma de Mallorca, beatificados el 28 de octubre de 2007:
- Beato Miguel CEREZAL CALVO (1904)
- Beato Joaquín GARCÍA FERRERO (1927-29)
- Beato Benito GARNELO ÁLVAREZ (1905-06)
- Beato Luis GUTIÉRREZ CALVO (1916-18)
- Beato Constantino MALUMBRES FRANCÉS (1896-1901, 1917-1919)
- Beato Francisco MARCOS DEL RÍO (1895-99)
- Beato Heliodoro MERINO MERINO (1930-33)
- Beato Benito RODRÍGUEZ GONZÁLEZ (1928-33)
- Beato Macario SÁNCHEZ LÓPEZ (1908-12)
- Beato Tomás SÁNCHEZ LÓPEZ (1919-24)
El Bto. Luis Gutiérrez fue sacrificado el 25 de agosto de 1936. Los diez restantes sufrieron martirio el 30 de noviembre de 1936
El 19 de diciembre de 2006 fue aprobada la causa de martirio del P. Avelino Rodríguez y de 97 compañeros agustinos, además de 6 del clero secular, muertos por odio de la fe, en el año 1936, que fueron beatificados el 28 de octubre de 2007. Once de estos mártires habían sido profesores del colegio agustino de Palma de Mallorca. Bueno es pues que, ya que han sido glorificados por la Iglesia y son recocidos como beatos, Urbi et Orbi, sea recordada su memoria en los lugares donde vivieron algún tiempo de su vida.
El 18 de julio de 1936 España quedó dividida en dos zonas. Una parte controlada por el Ejército sublevado y la otra por el Gobierno de la República. La Provincia Agustiniana Matritense tenía en España 11 conventos. Tres quedaron en la zona del ejército sublevado, y ocho en la zona del Gobierno de la República. El total de víctimas de estos conventos fue de 114 religiosos, de los cuales 95 fueron martirizados. La muerte de 14 estuvo acibarada por las circunstancias de la guerra. Los diez religiosos, exprofesores del colegio de Palma, que padecieron martirio se encontraban, el 18 de julio, en tres conventos distintos como veremos seguidamente.
Fr. Luis Gutiérrez, profesor del colegio de Palma de 1916 a 1918, se encontraba en la casa de Málaga, el 18 de julio, con otros agustinos. Pasaron la noche en vigilia. Un intenso tiroteo sobre el convento desde la cercana catedral les impedía dormir. El día 19, domingo, se vieron forzados a abandonar su casa, hospedándose donde buenamente pudieron. Hubo cuatro víctimas en esta casa. Fr. Luis y el P. Fortunato Merino, después de varios cambios, terminaron hospedándose en el Hotel Imperio. Allí se les detuvo el 24 de agosto. Conducidos al cuartel de la Trinidad, después de ser interrogados durante varias horas fueron sacados hacia las tres de la mañana del día 25, y martirizados en el callejón de la Pellejera, cerca de la ermita de la Zamarrilla. Sus cuerpos, acuchillados y acribillados a balazos, se les abandonó exánimes. Una hora después los asesinos volvieron a rematarlos.
El P. Constantino Malumbres había sido profesor del colegio de 1896 a 1901 y de 1917 a 1919. El día 18 se encontraba en la residencia agustina de la calle de la Princesa de Madrid. El 4 de agosto fue detenido con otros agustinos y recluido en los calabozos de la comisaría de Leganitos. El 5 ingresan en la prisión de San Antón. Su martirio más adelante con los religiosos del Real Monasterio el 30 de noviembre de 1936.
Los exprofesores del colegio de Palma, PP. Benito Rodríguez (1928-33), Miguel Cerezal (1904), Joaquín García (1927-29), Benito Garnelo (1905-06), Francisco Marcos del Río (1895-99) y Heliodoro Merino (1930-33), y los Hrnos. Macario Sánchez (1908-12) y Tomás Sánchez (1919-24) se encontraban en el Real Monasterio de El Escorial el 18 de julio. El mismo día el Real Monasterio quedó sitiado e incomunicado, y los 112 agustinos dentro de sus muros, con policías en las puertas exteriores y en algunas del interior, sin posibilidad alguna de salir. Así hasta el 6 de agosto.
El 5 de agosto la policía de la Dirección General de Seguridad trasmite al Prior una orden del Ministerio de Gobernación, por la que todos los religiosos debían ser trasladados a Madrid el día 6 por la mañana. Cuatro (4), gravemente enfermos, quedaron hospitalizados en el Real Sitio. Ciento siete (107) salieron en dirección a Madrid en tres camiones. Llegaron a mañana a la Dirección General de Seguridad en la calle Infantas. Tras una breve declaración pasaron todos a los calabozos. Fr. Antonio Mª Arriaga sufrió un ataque epiléptico y fue trasladado al Hospital Provincial. También será martirizado. Los 106 religiosos restantes, caída la tarde, fueron trasladados al colegio escolapio de San Antón, en la calle Hortaleza, convertido en prisión. Se les alojó en un gran salón, que en el argot carcelario, llegó a ser conocido como Salón de los Frailes.
Mártires agustinos de Paracuellos
A los 106 religiosos del Real Monasterio les habían precedido en la prisión, el día anterior, doce agustinos de la residencia de la Princesa. El día 14 de noviembre ingresó el P. Avelino Rodríguez y otros 4 más, procedentes ahora de la Cárcel Modelo. Total 122 agustinos en San Antón. A mediados de noviembre comienzan a ser juzgados los religiosos y otros presos ante tribunales populares en la misma cárcel, formados por personas jóvenes. El interrogatorio era breve, de unas cinco preguntas. Al terminar se les colocaba a casi todos las letras l. d., o, libertad d., que para el tribunal significaba Libertad definitiva, es decir, condenado a muerte.
Expedición del P. Avelino Rodríguez
El 28 de noviembre, de noche muy de mañana, se despierta a unos 200 presos, obligándoles a bajar en fila a la zona del Rastrillo. Son despojados de todo y les atan las manos atrás con fino bramante, que les corta la circulación. Hacia las 10 comienza la expedición de la muerte en autobuses y camiones camino de Paracuellos. En el grupo de los 200 presos están el comediógrafo Pedro Muñoz Seca y 12 agustinos. Al frente de estos va el prior provincial, P. Avelino Rodríguez. Llegados a Paracuellos ante el panorama de las fosas abiertas el P. Avelino toma una enérgica resolución. Se dirige al responsable de la expedición, y le pide que le autorice a despedirse de sus compañeros. Un testigo presencial relata los hechos.
Don Gregorio Muñoz Juan, años atrás alcalde de Paracuellos, condenado por ser de derechas a abrir fosas y a enterrar a los muertos, relata los últimos momentos en el lugar del martirio: “Estoy completamente seguro, dice don Gregorio Muñoz Juan, que el día 28 de Noviembre de 1936 en la expedición de Muñoz Seca, un sacerdote o religioso pidió a las milicias le permitieran despedir a todos sus compañeros y darles la absolución, gracia que le fue concedida. Dicho sacerdote o religioso fue abrazando a cada uno de sus compañeros y les daba la absolución, al menos, dice, hizo sobre ellos la señal de la Cruz, como cuando absuelven al penitente en la confesión. Una vez que hubo terminado pronunció en voz alta estas palabras: Os perdonamos de todo nuestro corazón. Tanto yo como todos mis compañeros, sabemos que nos matáis por ser católicos; lo somos: ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva España!
Y el 30 de noviembre… los 9 exprofesores de Palma y 42 agustinos más
El 30 de noviembre se organizan las expediciones más numerosas. Cincuenta y un (51) agustinos son llamados a primeras horas de la mañana. Todo revestía las mismas características que el día 28. Testigos supervivientes relatan los momentos al salir de la prisión. Se animaban mutuamente. Los sacerdotes impartían la absolución. El padre Juan Monedero y alguno más recibieron la noticia de ser llamados con alegría y como una buena noticia. Consideraban el martirio como una gracia especial que Dios les concedía. Realizaron el trayecto hacia Paracuellos cantando como se canta en la iglesia, según decían posteriormente algunos conductores de autobuses, al regresar a la prisión. Ante los piquetes que los fusilaron en grupos de unos diez, todos daban muestras de gran serenidad.
Se puede completar lo anterior con los datos que aparecen en el libro 104 Mártires de Cristo: 98 Agustinos y 6 Clérigos diocesanos, de Eliseo Bardón y Modesto González. EDES 208.
P. Modesto González Velasco, O.S.A.