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Fray Santiago Cuñado Saldaña, agustino (1840-1904)

Nació Fray Santiago en Cubillo del Campo (Burgos) el 22 de mayo –fiesta de Santa Rita de Casia– de 1840. Con 29 años tomó el hábito agustiniano en el Monasterio de Santa María de La Vid (Burgos), profesando el 28 de marzo de 1870, como hermano no sacerdote. Desde el primer momento manifestó especial aptitud para las Bellas Artes, formándose ampliamente en Madrid y El Escorial en dibujo, pintura, escultura y arquitectura, llegando a ser un admirable maestro.

Los superiores le destinan a Palma de Mallorca meses antes de la restauración de la vida agustiniana en la iglesia del Socorro. Viene con la intención de planificar la construcción de una residencia sobre la sacristía de dicha iglesia, pues el viejo convento había sido desamortizado y convertido en cuartel. Fue acogido por el Obispo Jacinto M. Cervera y le hizo hospedar en el Seminario de la Diócesis, donde dejó una imborrable huella en profesores y alumnos por su espíritu evangélico de sencillez y generosidad. Testigo de esto fue el que llegaría a ser Obispo de Huesca, P. Mateo Colom Canals, natural de Sóller, que recordó siempre al Hno. Cuñado con singular veneración. Decía el P. Colom que –después de Dios– debía su vocación agustiniana al ejemplo de vida que dejó Fr. Santiago en los meses que convivió con los seminaristas mallorquines.

Por entonces trató al venerable fundador de la Congregación de Misioneros de los SS. Corazones, P. Joaquin Roselló, quien valorando las cualidades del sencillo Hermano, le encargó los planos de la Casa-Noviciado de San Honorato, en Randa; asimismo dirigió la adaptación de la Casa del Santuario de San Honorato en la montaña de Cura.

Una vez inaugurada la nueva residencia de los agustinos en el Socorro el 28 de agosto de 1890, volvió a El Escorial, pero en octubre de 1892 se encontraba de nuevo en Mallorca, esta vez como profesor de dibujo del Colegio, instalado provisionalmente en una casa de la Calle de Miramar, mientras se iba construyendo el nuevo Colegio en la calle del Socorro, cuyos planos y dirección de la obra corrió a cargo de nuestro Hermano Cuñado, colocándose la primera piedra el 1 de septiembre de 1894. En menos de un año se terminó la fachada de oriente, de cuatro pisos, inaugurándose las clases en el curso 1895-96.

Obras suyas como arquitecto en la ciudad de Palma son los planos para la iglesia de la Soledad y la Casa de D. Enrique de España, en la calle Portela; y en Sineu, el Oratorio las Hermanas de la Caridad.

Como escultor dejó en Palma obras que le acreditan: las estatuas, talladas en piedra, que representan la Ciencia y la Fe, en la fallada del Colegio San Agustín de la calle del Socorro; la imagen de la Virgen de la Consolación y el retablo del Niño Jesús de Praga en la iglesia del Socorro. Consta también una imagen de San Agustín que se llevaba en la procesión de Corpus en la Catedral, hoy desaparecida.

Como pintor contamos en Palma con dos obras catalogadas en el Socorro: la Beata Verónica de Binasco y San Alonso de Orozco. Otras obras suyas se conservan en Madrid, San Lorenzo de El Escorial, La Vid (Burgos) y Valladolid.

Pero la mejor herencia de Fray Santiago, donde realmente expresó el arte del vivir, como hombre, como cristiano y como religioso agustino, fue en su propio estilo de vida: humilde, sencillo y respetuoso, conquistándole fama de santo entre aquellos que le trataban y querían. Consta que murió como había vivido: con santidad, sin hacer ruido, con generosidad. Morir con generosidad es saber morir, es haber vivido con intensidad y haber acertado en el arte de ser hombre. Fue su mejor obra de arte: su construcción como persona, como hombre bueno.

Falleció en Palma, en el Colegio de San Agustín, el 8 de octubre de 1904. Su entierro y funeral fueron la apoteosis de su santidad, asistiendo el pueblo que le reconocía y amaba, varios Hermanos Terciarios Agustinos de Benisalem (congregación hoy desaparecida), clero diocesano, el Seminario, comunidades religiosas y amigos, muchos amigos, de Palma. Su cuerpo se conserva en el panteón de los Agustinos en el Cementerio de la Ciudad Una calle en Palma de Mallorca, la calle Fray Cuñado, aledaños del Colegio San Agustín, recuerda permanentemente su paso entre nosotros.

Fr. Jesús Miguel Benítez, agustino