La iglesia de Ntra. Sra. del Socorro, de la Orden de San Agustín, en Palma de Mallorca, es un templo renacentista construido en el siglo XVII. Realizada en piedra de sillería (marés), consta de una sola nave y diez capillas laterales.
Una de ellas, la de mayor tamaño, de forma octogonal, es la Capilla de San Nicolás de Tolentino o Siete Capillas, levantada en el siglo XVIII en honor del santo patrón de las almas del Purgatorio, para la celebración de las Misas Tolentinas en sufragio por los difuntos. Cubre esta capilla la espectacular cúpula barroca, en forma elíptica de influencia italiana, obra del escultor navarro Francisco de Herrera (1673-1733), formado en Nápoles y con taller activo en Palma en el siglo XVIII. El retablo de Santa Rita de Casia se encuentra inserto en el conjunto monumental de esta capilla.
El retablo de la Santa ha sido restaurado íntegramente, desde octubre de 2022 a mayo de 2023, por encargo de la comunidad agustiniana al taller palmesano de restauración ES TALLER C.B. Con motivo de esta restauración se ha intervenido en el antipendio del altar. Se trata de un bellísimo “pallium altaris” o frontal de altar, fijado a la mesa del retablo, que estuvo oculto durante muchos años por su deficiente estado de conservación.
El antipendio es obra anónima del siglo XVIII. Consiste en una gruesa losa de mortero, muy pesada, que en su frente está decorada con la técnica de estuco de taracea, policromado a la manera veneciana, imitando mármol. Sus medidas son 80 x 203 cms.
El antipendio presenta una especie de medallón lobulado central con la imagen de Santa Rita de Casia, con crucifijo en las manos y motivos arquitectónicos de fondo. Dicho medallón está rodeado de motivos florales, volutas y hojas de acanto de rico colorido en tonos: ocres, rojos, rosas, azules, grises y blancos.
La losa de mortero está fijada al frontal del altar con unas piezas de hierro que salen de su reverso y van fijadas con cemento al altar de obra, en el suelo hay una hendidura de unos 5 cms. en la que va introducida la parte inferior de la madera a modo de marco sencillo que enmarca el antipendio. Va enmarcado con unos listones de madera vista sujetos al mismo con espigas de hierro, que le dan estabilidad.
La técnica utilizada en su elaboración es una técnica artesana de imitación a la taracea realizada con incrustaciones de mármol, tipo los mosaicos de la antigua Roma. Esta técnica se remonta a la época del Renacimiento y tuvo su origen en la Venecia del siglo XV. Una técnica decorativa de techos y paredes, compuesta por cal, mármol pulverizado, yeso y pigmentos naturales. Su acabado decorativo simula a la perfección el del mármol.
En España, debido a la necesidad de decorar de forma digna iglesias, catedrales y palacios, en épocas que por motivos bélicos, económicos o políticos no se podían importar los costosos mármoles que se necesitaban, se fue desarrollando esta técnica, que toma especial auge en el siglo XVIII, debido al decreto del rey Carlos III, que prohíbe realizar retablos de madera para evitar los frecuentes incendios que se producían en las iglesias.
Se realizaba con incrustaciones de estucos de colores y nace del ingenio de los artesanos y del aprovechamiento de los materiales que tenían a su alcance, para sustituir los costosos materiales que no lograban obtener.
El estado de conservación presentaba numerosas deficiencias. La más grave una profunda grieta en sentido vertical, de unos 15 cms. de longitud, en el reverso de la pieza. Toda la superficie estaba desgastada, probablemente por los medios de limpieza utilizados en su día (nos hablan del deterioro desde la primera mitad del siglo XX), que han erosionado la capa superficial. Aparición de sales por la humedad ambiental. Desprendimiento de capas de estuco, lagunas y pequeñas grietas. Goterones de cera, procedentes de cirios colocados sobre el altar, que oscurecen el cromatismo, aparte de la suciedad y el polvo acumulados. La pieza ha estado cubierta durante años por una tela adamascada de color verde, enmarcada en un viejo marco de talla, dorado con oro fino.
La lenta y compleja restauración, de enero a mayo de 2023, ha consistido en el costoso desmonte de la pieza para la consolidación estructural y sellado de la profunda grieta vertical que presentaba, eliminando primero mecánicamente la suciedad allí acumulada, y aplicando después mortero de inyección, fijando con dos grapas la intervención. Se consolidaron los estucos descohesionados, eliminando mecánicamente el polvo superficial, restos de sales y de cera, completando con limpieza química el conjunto de la obra.
A continuación, se realizó una saturación de superficie con medios químicos, lo que iba permitiendo que los colores de la pieza se reavivaran, alcanzando gran luminosidad. La reintegración de lagunas, realizada de manera artesanal con estuco tradicional, y el pulido del estuco con papel de vidrio, permitió lograr un acabado próximo al original.
El estado recuperado de la pieza permitió avanzar con el último paso de la restauración: la reintegración pictórica, previo un barnizado de protección. La reintegración ilusionista se ha procurado que fuera lo más respetuosa posible, sin agresión alguna que deformara el conjunto en su origen.
Hoy la pieza se muestra con orgullo al pie del retablo de Santa Rita de Casia para asombro y admiración de cuantos la contemplan, fruto del interés y esfuerzo de la comunidad de PP. Agustinos de Palma y la Provincia Agustiniana de San Juan de Sahagún por mantener vivo el patrimonio heredado de sus mayores y para el culto y devoción de los fieles en esta iglesia del Socorro de Palma.