Un año más se vivió en Palma de Mallorca la fiesta de Santa Rita y la iglesia de la Mare de Déu del Socors se vistió con todo esplendor.
Novedad este año fue poder contemplar la restauración de la imagen de la Santa Abogada de imposibles, su camarín y todo el retablo donde recibe culto. Desde el día 13 de mayo se celebró la novena en su honor en los cultos de la tarde, predicando el P. Rector del Socors sobre el transcurrir de la vida de la Santa y las indiscutibles huellas de evangelio que marcó con sus pasos.
Llamativa fue la presencia de fieles que pasaban a venerar a la Santa en los días de la novena. Tradición, devoción y piedad se fundían en una manifestación singular de amor y confianza ante esta mujer ejemplar, transparencia del evangelio de Jesús, que vivió las virtudes cristianas en todos los estados de vida: joven, esposa, madre, viuda y consagrada. En todas las circunstancias de la vida fue probada, enfrentando las dificultades con mucha fe y esperanza y ejerciendo la caridad con los pobres y necesitados.
Santa Rita de Casia se ofrece siempre como maestra de la vida y como fiel amiga, que acoge nuestra oración y nuestras necesidades, para interceder por ellas ante Dios. Y es eficaz en esa intercesión, porque nos ayuda a caminar, nos anima a vivir nuestro compromiso cristiano con fidelidad a la voluntad de Dios.
El día 21 de mayo, domingo, víspera de la fiesta, se bendijeron las rosas en la misa de la tarde, con gran afluencia de fieles. Las rosas son un signo vivo de la devoción a Santa Rita. Cuando estaba ya muy enferma, unos meses antes de su muerte, expresó a una amiga que le visitaba el deseo de tener una rosa del jardín de su casa natal. Esto sucedía en pleno invierno. Al volver la amiga al cercano pueblo natal de la Santa, cerca de Casia, comprobó que en el antiguo jardín de sus padres un rosal florecido lucía entre la nieve. Cortó la rosa y volvió a Casia a ponerla en las manos de la enferma. Desde entonces las rosas se relacionan con la Abogada de imposibles, significando su belleza las virtudes de Santa Rita y su perfume, el aroma de su testimonio cristiano.
Con las rosas bendecidas en honor de la Santa y bajo su intercesión, los fieles devotos buscan la salud en la enfermedad y la ayuda en cualquier caso de necesidad, con docilidad siempre a la voluntad de Dios. Este gesto de devoción cristiana cuenta con la eficacia de la oración de la Iglesia y de la fe de los fieles. El Señor, que se complace en honrar a sus santos y en glorificar a sus siervos, ha querido que con el uso de este y otros medios piadosos se verificaran hechos portentosos, como está suficientemente probado en los siglos.
El día 22 de mayo, fiesta de Santa Rita, la iglesia se mantuvo abierta todo el día, celebrándose misas a lo largo de la mañana y siendo incontable el número de fieles que iban pasando a venerar a la Santa ante su capilla. La prensa habló al día siguiente de miles de fieles. Y es cierto que fue imparable el pasar de fieles durante toda la jornada, repartiéndose más de cinco mil estampas con la imagen de la Santa a la salida del templo.
Por la tarde de este día 22, a las 19:00 h., tuvo lugar la misa solemne, presidida por Mn. Teodor Suau, Deán del Cabildo de la Catedral de Mallorca, y concelebrada por la comunidad agustiniana y otros sacerdotes. En la misa cantó la Escolanía de Vermells de la Seu, entre los que se encontraban un grupo de alumnos de nuestro colegio, que se integraron este año como cantores. La celebración concluyó con la exposición de la reliquia y el solemne canto del himno de la Santa.
Generaciones y generaciones de fieles en los siglos han encontrado en el Socors la armonía, la serenidad, la concordia, la reconciliación y la paz y nosotros somos herederos de esta preciosa tradición, pues la devoción a nuestra Santa alcanza a toda la Isla de Mallorca y consideramos un privilegio poder mantener esta tradición secular. Como leemos en las viejas Crónicas de la casa, al decir de nuestros mayores: “El Socors fue una antesala del cielo”. Pues eso…
Seguimos en la brecha…