Era un viejo proyecto, al fin realizado, gracias a la generosidad de un grupo de hombres jóvenes, el recuperar l’Honorable Prohomonia del Socors, que existió en esta iglesia hasta mediado el siglo XX, colaborando en el realce del culto en determinadas fechas del año litúrgico en esta iglesia de la Mare de Déu del Socors de Palma.
El pasado 31 de mayo, fiesta de la Visitación de Ntra. Señora, se constituyó la Prohomonia en este templo, señalándose la solemnidad del Corpus Christi como la primera celebración en la que participarían los prohoms.
El origen de la prohomonia está en la Edad Media. El prohom era un cargo representativo, asignado a personas notables en la sociedad por sus cualidades personales o reputada fama en su oficio, que asesoraba en cuestiones jurisdiccionales o de gobierno en el ámbito municipal. Vinculado también a los gremios los prohoms ejercían el oficio de defensores del derecho de los trabajadores. La prohomonia podía encargarse también de sostener la devoción a los titulares del gremio o hermandades, organizando diversos actos de culto, como procesiones.
En la iglesia del Socors colaboraban en determinados cultos litúrgicos, como el Jueves Santo o fiesta del Corpus. Su recuperación les vincula de manera destacada al culto eucarístico y a la devoción a la Mare de Déu, bajo el bello título del Socors, titular de esta iglesia.
En la iglesia del Socorro de Palma se intenta siempre cuidar la Sagrada Liturgia en servicio a los fieles, evitando todo asomo de esteticismo estéril. Nos esforzamos en cuidar el rito litúrgico alejados de la teatralidad vana, pero resaltando la belleza que supone confesar que la Liturgia es acción santificadora, obra de Dios y del hombre, a través de la que damos gloria a Dios que en ella santifica al creyente que participa activamente en la celebración. La belleza del rito litúrgico, con sencilla y discreta solemnidad, ha de unir lo corpóreo y lo espiritual, expresando significativamente lo visible y lo invisible del misterio celebrado.
Como enseña Benedicto XVI, “la relación entre el misterio creído y celebrado se manifiesta de modo peculiar en el valor teológico y litúrgico de la belleza. En efecto, la liturgia, como también la Revelación cristiana, está vinculada intrínsecamente con la belleza: es veritatis splendor. En la liturgia resplandece el Misterio pascual mediante el cual Cristo mismo nos atrae hacia sí y nos llama a la comunión. […] La belleza de la liturgia es parte de este misterio; es expresión eminente de la gloria de Dios y, en cierto sentido, un asomarse del Cielo sobre la tierra. […] La belleza, por tanto, no es un elemento decorativo de la acción litúrgica; es más bien un elemento constitutivo, ya que es un atributo de Dios mismo y de su revelación. Conscientes de todo esto, hemos de poner gran atención para que la acción litúrgica resplandezca según su propia naturaleza” (Sacramentum Caritatis, n. 35).
Esta es la razón por la que esperamos que la presencia de los prohoms, de l’Honorable Prohomonia del Socors, en la liturgia de esta iglesia ayude a resplandecer los ritos litúrgicos en alabanza de Dios y bien de los fieles que participan en nuestras celebraciones.