El mes de julio está consagrado a la devoción a la “Preciosa Sangre de Ntro. Señor Jesucristo”, sangre de redención, de perdón y misericordia.
Los Misioneros de la Preciosísima Sangre, fundados por San Gaspar del Búfalo (1786-1837), así como los PP. Pasionistas, fundados por San Pablo de la Cruz (1694-1775), son grandes propagadores de esta devoción.
En el Año Jubilar de la Misericordia recordamos esta devoción, centrada en la entrega radical de Cristo en la cruz, para –por su sangre derramada- alcanzarnos la redención, el perdón de nuestros pecados y la misericordia infinita del Padre.
Reproducimos el himno de Laudes del Propio de la Liturgia de las Horas de la Congregación de la Pasión, para el día de su fiesta, el 1 de julio.
Esta es la sangre de Dios en la heridas de Cristo; es la locura de amor que Dios nos mostró en su Hijo. Que no tema el pecador, ante el amor infinito, ved que Dios se ha desbordado y que en la Cruz se ha vertido. El corazón palpitante cuando no tuvo latido se abrió para dar al mundo la sangre del sacrificio. Oh sangre que reconcilia cielo y tierra divididos, sangre del divino Esposo memorial de su martirio. Oh sangre de Eucaristía en labios enrojecidos, sangre de Cristo preciosa pacto de los elegidos. ¡Gloria y eterna alabanza al Redentor que ha sufrido, a ti, Jesús, nuestro amor hasta el último suspiro! Amén.
Que la sangre preciosa de Cristo, entregada en la Eucaristía, alcance la paz y la concordia a todos los pueblos de la tierra y sea posible en la Iglesia vivir la misericordia y extenderla hasta los confines del mundo.