QUINCE ENFERMEDADES MUY PELIGROSAS PARA EL HOMBRE SEGÚN EL PAPA FRANCISCO
Estamos en un tiempo donde prestamos mucha atención y cuidamos nuestra salud con preocupación, revisamos nuestra tensión arterial, el colesterol y los datos que nos ofrecen los análisis médicos. En estos días la Seguridad Social nos avisa y aconseja de vacunarnos contra la gripe anual. El Papa Francisco, el “Doctor Bergoglio”, en el libro Dios es joven nos señala 15 enfermedades en las que podemos caer, si descuidamos unas actitudes básicas en nuestro diario vivir cristiano.
- Primera enfermedad: Sentirnos inmortales e indispensables, cayendo en un narcisismo que mira apasionadamente su propia imagen, sin ver a Dios en su vida y en la de los demás.
- Segunda enfermedad: El Papa la llama “martalismo”, que viene de Marta de Betania, se cae en una excesiva laboriosidad, es el desvivirse por el trabajo, olvidando el descanso, la vida en familia y que puede llevar a situaciones de ansiedad, estrés y una agitación inútil.
- Tercera enfermedad: El endurecimiento mental y del corazón, cabeza dura y corazón de piedra.
- Cuarta enfermedad: La excesiva planificación y el funcionalismo, se planifica todo minuciosamente sin dejar hueco a la fantasía, novedad, frescura al Espíritu Santo, que sopla donde y cuando quiere.
- Quinta enfermedad: La mala coordinación, el creer que somos autosuficientes y no necesitamos de los demás.
- Sexta enfermedad: El “alzheimer espiritual”, que nos hace olvidar nuestra historia de salvación, no sabemos reconocer quiénes somos, quiénes son los demás y quién es Dios. Olvidamos nuestras raíces y nos dejamos llevar por el hedonismo, los caprichos y nuestros instintos.
- Séptima enfermedad: La rivalidad y la vanagloria. Es la apariencia y el interés propio lo que marcan nuestro vivir. Los demás no cuentan.
- Octava enfermedad: La esquizofrenia existencial. Es llevar una doble vida, la mediocridad, que desemboca en el vacío espiritual. Hay separación y distintos caminos en nuestro pensamiento, nuestros afectos, entre la cabeza y el corazón.
- Novena enfermedad: El chismorreo y los cotilleos. Se comienza por “te quiero comentar algo…” y se termina sembrando la cizaña, se mata la fama del otro y se destruye su vida.
- Décima enfermedad: La adoración de los jefes. Se busca el arribismo y el oportunismo con la adulación y el engaño.
- Undécima enfermedad: La indiferencia, los demás no cuentan, solo se piensa en uno mismo, el yo domina sobre los demás, las relaciones humanas están marcadas por lo que a mí me interesas y lo que puedo lograr.
- Duodécima enfermedad: Es la cara fúnebre. La tienen las personas bruscas y hoscas, los que piensan que para ser serios hay que tener cara de severidad y desinterés, esto nos lleva a tratar a los demás con rigidez, dureza y arrogancia, creyéndonos superiores.
- Decimotercera enfermedad: Consumir el consumo. Es el consumismo, el acumular bienes, mientras por dentro se sufre el vacío. “El sudario no tiene bolsillos”. Tras la muerte no nos podemos llevar nada material.
- Decimocuarta enfermedad: Los círculos cerrados, la pertenencia al grupo es más fuerte y tiene más valor que la pertenencia a Cristo. Esta enfermedad nos puede esclavizar.
- Decimoquinta enfermedad: Los beneficios mundanos. Es la enfermedad del poder, del triunfar a toda costa; se alimenta del orgullo y la vanidad.
Con la descripción de estas 15 enfermedades nos podemos hacer un chequeo personal de nuestra vida, mirarnos a nuestro interior y con la medicina de la oración, de la relación sincera y abierta con Dios y con la gracia de los sacramentos darnos curas de salud y de salvación por medio de Cristo y su Iglesia.