agustinpascua“Comenzad a realizar en el espíritu, viviendo santamente lo que Cristo nos manifestó mediante la resurrección de su cuerpo. Pero no lo esperéis ahora; es decir, no esperéis ahora la realidad misma, la verdad, la incorrupción de la carne; es el salario de la fe, y el salario se otorga una vez acabada la jornada”.

Sermón 229 E, 4

“Aprended y retened cuál es la esperanza de los cristianos, por qué somos cristianos. No lo somos para buscar una felicidad terrena, que no falta muchas veces a los ladrones y criminales. Somos cristianos para otra felicidad que recibiremos cuando ya hayamos pasado totalmente la vida presente”.

Comentario a los Salmos 62, 6

“Si se elimina la fe en la resurrección, perecen todas las enseñanzas cristianas… Si los muertos no resucitan, no tenemos esperanza de una vida futura; pero si los muertos resucitan, habrá una vida futura”.

Sermón 361,2, 2

“Si dijéramos que la carne ha de resucitar para sufrir de nuevo hambre, sed, enfermedades y fatigas, para estar sometida a la corrupción, justamente deberías negarte a creerlo. (…) Resucitará una carne incorruptible; una carne sin defecto, sin deformidad, sin mortalidad, ligera, sin peso. Lo que ahora te causa tormento, allí te servirá de adorno”.

Sermón 240, 3

“Lo que en ÉL se hizo el tercer día, se hará en nosotros al final del mundo. Queda aplazada la esperanza de nuestra resurrección, pero no suprimida”.

Comentarios a los Salmos, 34, s.2, 1

“Pues no hubiese resucitado de no haber muerto, y no hubiese muerto si no hubiese nacido; por esto el hecho de nacer y morir existió en función de la resurrección (…) Cristo el Señor, en el hecho de nacer y de morir, tenía la mirada puesta en la resurrección; en ella estableció los límites de nuestra fe. Nuestra raza, es decir, la raza humana, conocía dos cosas: el nacer y el morir. Para enseñarnos lo que no conocíamos, tomó lo que conocíamos”.

Sermón 229 H, 1

“La resurrección de los muertos es creencia propia de los cristianos. Cristo, nuestra cabeza, mostró en sí mismo esta resurrección, y nos otorgó una prueba de lo que creemos para que los miembros esperen en sí mismos lo que ya tuvo lugar en la cabeza”.

Sermón 241, 1

“La fe de los cristianos se reduce a creer en la resurrección de Cristo”.

Comentario a los Salmos 120, 9

“Fue la carne la que murió, la que resucitó, la que colgó del madero, la que yació en el sepulcro y ahora está sentada en el cielo”.

Sermón 238, 2

“La resurrección de Cristo encierra el misterio de la vida nueva”.

Sermón 229 E, 2

“Después de resucitar se apareció a los discípulos y subió al cielo, donde está sentado a la derecha del Padre, y ya no volverá más que al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos; pero ha de venir revestido de gloria, no en la debilidad; vendrá a otorgar el reino, no a solicitar hospitalidad. ¿Te olvidas de que, cuando venga a entregar el reino ha de decir: Cuando lo hicisteis con uno de mis pequeños, conmigo lo hicisteis? Él, aunque rico, sigue estando necesitado hasta el fin del mundo. Tiene necesidad, sí, pero no en la cabeza, sino en sus miembros. (…) Él está entre nosotros en sus miembros; está entre nosotros, en nosotros mismos”.

Sermón 239, 7

“Él resucitó primero para que tuviésemos un motivo para esperar”

Comentario a los Salmos 125, 4

“Si tanto nos llenan de gozo estos días pasajeros en los que recordamos con devota solemnidad la pasión y resurrección de Cristo, ¡qué dichosos nos hará el día eterno en que le veremos a ÉL y permaneceremos con ÉL, día cuyo solo deseo y expectación presente ya nos produce alegría”.

Sermón 229 D, 2

“Podemos amarlo, podemos desearlo; en esta peregrinación podemos suspirar por tan gran bien; no podemos pensarlo ni explicarlo de manera digna con palabras. Yo, al menos, no puedo. Por tanto, hermanos míos, buscad a alguien que pueda, si es que podéis encontrarlo y llevadme a mí como discípulo a vuestro lado”.

Sermón 236, 3

“Allí descansaremos y contemplaremos, contemplaremos y amaremos, amaremos y alabaremos: he aquí lo que será el fin que no tiene término”.

La Ciudad de Dios, 22, 30